Llamada “la fea” por algunos lugareños, la mata-mata es, sin lugar a dudas, la más extraña entre todas las tortugas que viven en Venezuela. Su carapacho marrón es completamente áspero y arrugado; sus patas son pequeñas y su cabeza es ancha, aplanada, de forma romboidea, adornada de filamentos carnosos y termina en un hocico, en forma de tubo, que se extiende hacia la superficie del agua cuando el animal necesita respirar. Por todos estos detalles, y muchos otros, la mata-mata tiene más la apariencia de un monstruo de ciencia ficción que de una tortuga real.
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